La luz determina, más que ningún otro elemento, la personalidad de quien habita el ambiente.
La iluminación refleja el espíritu, produce estados de ánimo, sugiere sentimientos, provoca calma o acción, silencio, serenidad, inquietud, ilusión, sensualidad, movimiento, carácter, paz.
Carpyen, desde Barcelona, se dedica a crear, diseñar y fabricar soluciones, colecciones y productos de iluminación desde 1948.